Somos la voluntad de una persona,
de muchas personas, desde mil novecientos y tanto…
el sencillo acompañante de Jesús, peregrino que camina;
abrazamos al niño, al indígena y al joven, cuya esperanza despierta
somos comunidad en camino, que cree en la gente, que apunta al cambio.

Somos una comunidad de amigos de Jesús que inspirados en Ignacio de Loyola, discernimos las nuevas fronteras donde trabajar por el Bien Universal, acompañando a la población en situación de mayor vulnerabilidad a través de procesos participativos y de trabajo en red que generen transformación social y desarrollo sostenible en los territorios y sus familias.

Ser una institución católica e ignaciana, referente del trabajo en red para la inclusión social y capaz de incidir en las políticas públicas.